M-Audio M-Track Eight

Aunque M-Audio tiene fama de diseñar interfaces muy elegantes, no son ajenos a la fabricación de equipos robustos, construidos para soportar condiciones de trabajo de alta presión. Su M-Track Eight es uno de estos dispositivos, demostrando entre algunos de los interfaces de audio más capaces que se pueden obtener por debajo de los 500 euros en este momento. Es nuestra interfaz en el punto de mira hoy!

Diseño

First off, el M-Track Eight es un diseño montado en bastidor, con un chasis elegante pero duradero de metal negro con un ancho de 19″ y orejas de montaje en bastidor en ambos extremos para una fácil instalación en bastidor. En términos de estética, se podría decir que el M-Track Eight tiene una ligera vibración vintage, especialmente cuando se mira el diseño retro de los mandos y los indicadores de pico LED de cuatro segmentos.

Sin embargo, debajo de este exterior retro se esconde una pieza de equipo muy moderna y bien construida que define el significado de la versatilidad simple. En general, es un ganador en el departamento de apariencia.

Características

El M-Track Eight está diseñado como cualquier otra interfaz de audio, por lo que no debería haber sorpresas para nadie que esté familiarizado con una unidad montada en rack. Comenzando con las entradas, la parte delantera cuenta con dos puertos XLR/TRS combinados para las entradas de micrófono e instrumento, mientras que en la parte trasera hay seis más. Hay un grupo de control con ocho perillas de ganancia simples, una para cada una de las entradas. Cada canal incluye la tecnología de preamplificación Octane de M-Audio, que es a la vez robusta e impresionantemente eficiente.

Además de las entradas traseras, encontrará los puertos de salida, que comprenden ocho salidas balanceadas de 1/4″ y dos puertos de salida de monitor junto a ellos. Bastante estándar, pero muy flexible. El mando USB/Analog Direct Balance es un accesorio práctico que permite ajustar el equilibrio entre las entradas directas y la reproducción en el ordenador. Además, M-Audio incluye esta interfaz con una copia de Cubase 7LE y un montón de plugins que realmente le dan un toque especial a la oferta.

Sonido y tono

El rendimiento del M-Track Eight es realmente de primera categoría. A un precio por debajo de los 500 euros, se está recibiendo una calidad de sonido muy profesional de calidad de estudio, a pesar de que esta interfaz llega al máximo a una frecuencia de muestreo de 96kHz – decente, pero una lástima que no alcance los 192kHz.

El M-Track Eight funciona silenciosamente y de forma consistente con muy poca coloración del sonido, mientras que la latencia se reduce a casi cero. También funciona tanto con Windows como con Mac, y es compatible con la mayoría de los principales DAWs.

Conclusión

p>Aunque no es la opción ideal para un estudio de grabación doméstico más pequeño, el M-Track Eight montado en bastidor es una interfaz versátil y potente que no rompe el banco. Suena genial, ofrece buenas opciones de E/S y el aspecto general de la unidad es de calidad. Vale la pena añadirlo a cualquier lista de preseleccionados, especialmente si necesitas ponerle micrófono a una banda o a todo el drumkit.